En el puente
me fui a esquiar y me lesioné una rodilla, el dolor fue tremendo y el pronóstico
según la primera evaluación en pistas fue algo pesimista. ¿Qué hubiese pasado
si me pongo en lo peor?, “me van a tener que
operar”, “ tendre que dejar de desarrollar mi actividad”, “voy a sufrir mucho”,
y en miles de consecuencias…pues que me hubiese amargado, que me hubiese
obsesionado y hubiese sufrido mucho, y para qué?, para nada, para pasarlo mal, porque la realidad no tiene porqué ser como
nuestra fantasía.
¿Cuántas
veces nuestra cabeza imagina cosas que luego no se cumplen?
y además dichas fantasías suelen ser peores que lo obvio (lo objetivo), y total
¿qué nos aporta esta práctica tan extendida?, nos ponemos ansiosos, depresivos,
obsesionados, ….y en el peor de los casos paranoides. Comúnmente, a esto lo llamamos
pesimismo, negativismo, tener tendencia a la depresión, por fortuna no todos
funcionamos igual, y hay personas que piensan en positivo, en la mejor opción,
en la solución más favorable, confían, creen…Cuántas personas con una
enfermedad complicada, al tener una buena actitud, mejoran y sanan y otras
personas se pasan la vida enfermas (enfermedades que suelen ser psicosomáticas),
yendo en procesión de un médico a otro, como si tuviesen mal de ojo, salen de
una y se meten en otra…¿no tendrá que ver esto con nuestro carácter?, ¿con nuestra manera de encarar las dificultades?,
¿con nuestra manera de llamar la atención?,
¿con nuestra necesidad de parar?...Con
esto no quiero decir que hay que ser positivos sin más, cuando nos sucede algo,
necesitamos desahogarnos, descargarnos, esto no quiere decir que tengamos que
ponernos en “automático” con una sonrisa fácil, como si nada pasase. (Yo he
llorado mucho y me ha sentado genial). Lo obvio es que si nos hemos enfermado o
accidentado, tenemos que cuidarnos, ocuparnos en nuestra recuperación…y al
mismo tiempo preguntarnos para qué nos
ha pasado lo que nos ha pasado, bueno, ésta es mi opinión. Cuando me pasa
algo, trato de tomar conciencia de para qué...así que ahora voy despacito que
es lo que me toca y lo que me está sentando bien. Alguno pensará, “escribe este artículo porque todo ha ido
bien”, pues que sepáis que todavía no tengo el diagnóstico!.
Os adjunto el link relacionado con el optimismo, no estoy muy de
acuerdo con los autores, pero puedo entender su postura: El
lado negativo del optimismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario