jueves, 4 de abril de 2013

In treatment

Una amiga y compañera de profesión me prestó “ In treatment “ (“En Terapia” en Español) , una serie acerca de un psicoanalista el doctor Paul Weston (interpretado por Gabriel Byrne), y por un lado, sus sesiones semanales con sus pacientes, y por otro, sus supervisiones al final de la semana.  La verdad es que me enganché. Paul me calló bien desde el inicio y las historias de sus pacientes, los diálogos, …Viéndola me dí cuenta que yo un profesional de la psicología, pero que habrá personas ajenas a este mundo, que se pregunten ¿Cómo de cierta es la serie?, o mejor dicho ¿cómo de real es?, ¿son así todas la terapias?...

Apoyándome en serie “In Treatment”, voy a ir hablando sobre la terapia…Los terapeutas hacemos terapia de manera diferente, lo primero porque somos personas diferentes, con biografías y vivencias distintas, creencias y valores distintos…y también porque hay muchas maneras de hacer terapia. Paul interpreta a un psicoanalista, y hay otras maneras de hacer terapia, (sólo menciono las principales), la terapias Humanistas (“centradas en la persona o rogerianas” y “gestálticas), la terapia cognitivo-conductual, las terapias corporales como la bionergética, etc.

Las similitudes entre la serie y la realidad:

  1. En terapia se produce un encuentro entre dos personas,  el paciente lleva sus asuntos que le hacen infeliz, que no sabe resolver o cambiar por sí mismo a terapia y el terapeuta intenta con sus preguntas que el paciente se dé cuenta de lo que le pasa.
  2. El terapeuta es una persona y profesional, somos humanos, nos emocionamos, nos preocupamos, nos interesamos, también nos enfadamos, nos asustamos, sentimos rechazo…Cuanto más conocimiento tenga el terapeuta sobre sí mismo, mejor podrá acompañar a su paciente en su camino, no porque el terapeuta le tenga que enseñar algo del camino del paciente, sino porque tiene una actitud, una manera de estar…de alguien que ha atravesado su camino y sabe que a veces se hace difícil, se siente miedo, se sienten dudas de si seguir profundizando o dejas las cosas “igual”, alguien que ha sufrido y ha crecido en su propio camino.
  3. La relación entre el terapeuta y el paciente es fundamental, lo que los gestálticos llamamos el “vínculo”, estar atentos a la transferencia (lo que siente el paciente por su terapeuta) y a la contratransferencia (lo que siente el terapeuta por su paciente). Es una relación humana, no es “aséptica”, por eso las personas nos sanamos cuando hacemos terapia, porque se produce un contacto, una relación, donde al mismo tiempo de ser un lugar de cuidado y tierno, también nos confrontan y nos dicen las cosas que quizás fuera de terapia nadie nos dijo antes. A veces, es un lugar para expresar lo nunca dicho y para escuchar lo nunca escuchado.
  4. Todos los psicólogos nos regimos por un Código Deontológico que se puede consultar en la web del Colegio de Psicólogos.
  5. Los terapeutas supervisamos los casos con un supervisor, porque como he dicho antes, somos humanos y a veces nos desenfocamos, nos atascamos, nos paralizamos…sentimos que no avanzamos, nos entra miedo y necesitamos una opinión externa, de alguien muy experimentado que nos ayude a enfocarnos, a confiar, a entender lo que está pasando…

Lo que no corresponde siempre a la realidad:

  1. Los terapeutas pueden ejercer en sus domicilios particulares o no. Creo que la cultura (la serie es americana) influye en este tema. En nuestra cultura se estila más atender en despachos profesionales con otros profesionales de la salud, aunque algunos atienden en sus  domicilios privados.
  2. Un terapeuta profesional no se saltará el límite y agredirá físicamente a un paciente. Yo les digo en la primera sesión, que está todo permitido, que pueden expresar todo lo que quiera y como quieran, pero lo único que no está permitido es la agresión física, ni conmigo, ni con ellos, ni con sus parejas (en los casos de terapia de pareja).
En general y para poder trabajar con objetividad y transparencia, los terapeutas y los supervisores no son colegas, no son amigos, lo normal es llevarse bien, entenderse, simpatizar …pero no son amigos, y no suelen compartir espacios privados, igual que el terapeuta tampoco es amigo, colega ni comparte su vida personal con sus pacientes


 

Cómo mantener nuestra vida en pareja

Algunas reflexiones para todos los que deseamos “mantener nuestra vida en pareja” de manera saludable:

Nos pasamos mucho tiempo intentando tener pareja y ¿qué nos pasa cuándo la tenemos?, ¿cuidamos de nuestra pareja como cuidamos de nuestros hijos?, ¿la respetamos?, ¿la escuchamos?, ¿nos divertimos con ella?...quizás hayamos contestado a muchas preguntas de manera negativa.

La dificultad no está en el modelo de pareja, aunque algunos modelos son más fáciles que otros. Existen muchos modelos de pareja, parejas casadas, parejas homosexuales, parejas que viven separados geográficamente, parejas de hecho, parejas con hijos, parejas sin hijos, parejas con hijos adoptados, parejas que viven en casas diferentes…no existe una manera mejor que otra de estar en pareja, sólo que el modelo elegido haga feliz a las dos partes.

La comunicación sincera y empática es la única vía para cuidar la pareja en el día a día, en las pequeñas cosas, manteniendo el interés mutuo. El cuidado y el respeto son fundamentales para que el amor perdure y la convivencia no se convierta en un campo de batalla.

La convivencia es dura y algunas veces desgasta, ya que implica una negociación continua (y se acentúa con la llegada de los hijos), donde terminan mis derechos y dónde comienzan los suyos.

La pareja no es un ente estático, es decir evoluciona con el paso de los años, igual que a los 30 no tenemos los mismos gustos que a los 20, la pareja evoluciona, se transforma, por tanto los contratos cambian, (lo que queríamos al inicio de la pareja, puede que no sea lo que queramos después de años de convivencia), por tanto es fundamental aprender a expresar las necesidades y saber poner límites claros a lo que no queremos.

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